Las imágenes hablan por sí solas. Las sesiones de respiración necesitan práctica. Puedo respirar en cualquier momento y en cualquier lugar. Momentos de nerviosismo, enfado, ira... los puedo reconducir canalizándolo en energía positiva. Mi equipo entiende de eso, de ahí la mejora en cada sesión que iniciamos y concluimos.¡Qué feliz me hacen!
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